Por mucho ahora somos más viejos, pero no por eso más sabios. A diario en clínica, escucho la queja de la soledad, de lo mal que la pasan, de lo que sufren por abandono... Y es que, más que solos, es que no nos enseñaron no aprendimos. A estar y lidiar con nosotros mismos y nuestras circunstancias. Solía oír de una amiga, su decir, de que " ella había pensado, que el tener hijos era sinónimo de compañía para los años dorados" y o sorpresa, al pensionarse, se encontró tan sola, que enfermo de ese abandono, del cuál ella creía que sufría. Pero, no estaba sola, solo estaba sin ella misma. Sus hijos, profesionales, cada uno inmerso en su quehacer, no la abandonaron jamás, solo que no representaban la compañía que ella necesitaba. Cuándo no se está acostumbrado a vivir con uno mismo, en el momento en que hay silencio, este se vuelve un vacío insoportable. Y es que como personas, no aprendemos a convivir, con nuestros pensamientos, nuestros deseos, etc. Vamos por la vida, corriendo sin César, por competencia social, porque así nos lo imponen. Pero, pocos tienen un plan, pocos experimenten la maravilla, de dedicarse tiempo. Vemos jubilados, deprimidos, que mueren a los pocos años del retiró o que se retiran y se enferman casi de inmediato. Cómo sociedad, debemos preparar y prepararnos para envejecer, para convivir con nosotros mismos y disfrutarlos en el camino. Los años dorados tan anhelados para muchos, representan un tormento, un verdadero caos. Ya no saben que hacer , con tanto tiempo, no saben, no siquiera que les gusta..., Tener un plan de retiró, es importante y en extremo necesario, para ser adultos mayores sanos e independientes. Hay que cuidar tanto la salud mental, cómo la física.
Selena Stanley Terapeuta Holística